jueves, 18 de diciembre de 2008

¿QUÉ ES LA MEDITACIÓN Y CÓMO MEDITAR?


¿QUÉ ES LA MEDITACIÓN?

Es el corazón de la práctica del Dharma. Su propósito es pacificar y calmar la mente. Si mantenemos una mente apacible, no tendremos preocupaciones ni angustias y disfrutaremos de verdadera felicidad; pero si nuestra mente no está calmada, no conseguiremos sentirnos felices, aunque estemos rodeados de las mejores condiciones. Si nos adiestramos en la meditación, iremos descubriendo en nuestro interior una paz y una serenidad cada vez mayores y disfrutaremos de una forma de felicidad que se irá volviendo más pura. Finalmente, nos sentiremos siempre dichosos, incluso ante las situaciones más adversas. Al igual que un globo suelto en el aire se zarandea de un lado a otro al capricho del viento, nuestra mente se tambalea inestable a merced de las circunstancias externas. Si las cosas nos van bien nos sentimos felices, pero si nos van mal de inmediato nos sentimos incómodos.

Tales cambios de humor surgen porque nos involucramos en demasía con las situaciones externas. Somos como niños que al construir un castillo de arena en la playa, se llenan de excitación; pero cuando las olas lo destruyen se ponen a llorar. Por medio de la meditación aprendemos a crear un espacio en nuestro interior y una flexibilidad y claridad mentales que nos permiten controlar nuestra mente sin vernos afectados por los cambios de las circunstancias externas. De manera gradual, desarrollamos una estabilidad mental, un equilibrio interior que nos permite estar siempre felices, en vez de oscilar entre los extremos de la euforia y el desaliento.

Si nos adiestramos en la meditación con regularidad, llegará un día en que seremos capaces de erradicar las perturbaciones mentales, que son las causas de todos nuestros problemas y sufrimiento. De este modo llegaremos a disfrutar de la paz interna permanente, conocida como "la liberación" o "el nirvana". A partir de entonces, día y noche, vida tras vida, sólo experimentaremos paz y felicidad.

La meditación es el método para familiarizar la mente con la virtud. Es una consciencia mental que analiza un objeto virtuoso o se concentra en él. Un objeto virtuoso es aquel que nos hace desarrollar una mente apacible cuando lo analizamos o nos concentramos en él.

La meditación es de dos tipos: analítica y de emplazamiento. La meditación analítica consiste en contemplar el significado de las instrucciones de Dharma que hayamos leído o escuchado. La contemplación profunda de estas enseñanzas nos llevará a una determinada conclusión o a generar una actitud mental virtuosa. Éste es el objeto de la meditación de emplazamiento.


CÓMO MEDITAR


Cuando practiquemos la meditación debemos adoptar una postura correcta sobre un asiento cómodo. Lo más importante de la postura es mantener la espalda recta. Para ello, si vamos a sentarnos en un cojín, es recomendable que este sea un poco más elevado por detrás que por delante, y debemos sentarnos sacando la pelvis un poco hacia afuera. Para empezar no hace falta que nos sentemos con las piernas cruzadas pero es bueno que poco a poco nos vayamos acostumbrando a la postura de Buda Vairochana. Si no podemos sentarnos de esta manera, debemos escoger una forma parecida, siempre que nos resulte cómoda.


Las siete características de la postura de Vairochana son:


1- Las piernas deben estar cruzadas en la posición vajra, lo cual nos ayuda a reducir los pensamientos y sentimientos de apego.


2- La mano derecha debe estar colocada encima de la izquierda, con las palmas hacia arriba, las puntas de los dedos pulgares ligeramente elevadas y tocándose. Colocamos las manos de esta forma a unos cuatro dedos por debajo del ombligo, lo cual nos ayuda a desarrollar una buena concentración. La mano derecha simboliza "el método" y la izquierda "la sabiduría"; las dos juntas simbolizan "la unión del método y la sabiduría". Los dos dedos pulgares al nivel del ombligo representan el arder del fuego interno.

3- La espalda debe mantenerse derecha pero relajada. Esto nos ayudará a desarrollar y mantener una mente clara, y permitirá que los aires internos sutiles de energía fluyan libremente.


4- Los labios y los dientes deben mantenerse de forma natural, colocando la lengua de manera que toque la parte posterior de los dientes frontales superiores. Esto impide que segreguemos saliva con exceso y que la boca se reseque.


5- La cabeza debe estar inclinada ligeramente hacia adelante metiendo la barbilla un poco hacia adentro, de manera que los ojos queden mirando hacia abajo. Esto ayuda a prevenir la excitación mental.


6- Los ojos deben permanecer entreabiertos, ni muy abiertos ni muy cerrados, y han de mirar hacia abajo en la dirección de la nariz. Si tenemos los ojos abiertos del todo, generamos excitación mental, y si los mantenemos cerrados, hundimiento mental.


7- Los hombros deben estar bien nivelados y los codos un poco separados del tronco para permitir que circule el aire.



Otro componente de la postura de Vairochana, es la meditación o ejercicio preliminar de respiración, que prepara nuestra mente para generar una buena motivación. Por lo general, cuando nos sentamos a meditar, nuestra mente está ocupada con pensamientos perturbadores y no podemos transformar de inmediato este estado mental en el requerido para generar una motivación virtuosa. Un estado mental alterado es como un trapo de color negro, que es imposible de teñir de otro color a menos que de antemano se decolore su tinte negro. Del mismo modo, si queremos embellecer nuestra mente con una motivación virtuosa, primero debemos suprimir todas las distracciones y los pensamientos turbadores. Esto se puede conseguir de manera temporal por medio de determinados ejercicios de respiración.

Después de sentarnos en una postura cómoda, debemos comenzar observando la corriente de pensamientos y distracciones que fluye en nuestra mente. Luego debemos enfocarnos en nuestra respiración manteniendo su ritmo natural. Al exhalar, imaginamos que expulsamos todas las distracciones y los pensamientos turbadores en forma de humo negro, que acaban por desaparecer en el espacio. Al inhalar, imaginamos que inhalamos todas las bendiciones y la fuerza inspiradora de los seres sagrados en forma de luz blanca, que se absorben en nuestro corazón. Debemos repetir este proceso hasta que nos sintamos relajados y nuestra mente se vuelva clara y tranquila. Mediante este ejercicio de respiración conseguiremos eliminar temporalmente las distracciones y los malos pensamientos por el simple hecho de que no somos capaces de concentrarnos en más de un objeto a la vez. Al final de este ejercicio debemos generar el siguiente pensamiento: "He recibido las bendiciones y la inspiración de todos los Seres Sagrados". Nuestra mente, ahora, es como una tela limpia y blanca que se puede colorear con una motivación virtuosa tal como la de la Gran Compasión o de la Bodhichita.

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